Puebla es una de las 32 entidades federativas de México. Se localiza en el centro oriente del territorio mexicano. Colinda al este con el estado de Veracruz; al poniente con los estados de Hidalgo, México, Tlaxcala y Morelos y al sur con los estados de Oaxaca y Guerrero.
Puebla no tiene salida al mar, y presenta un relieve sumamente
accidentado. Su superficie es de 34.251 km², en la cual viven más de
cinco millones de personas, que convierten a este estado en el quinto
más poblado del país. La capital del estado es Puebla de Zaragoza, la cuarta ciudad mexicana por el número de sus habitantes.
El estado de Puebla ha sido de gran importancia en la historia de México. Dentro de él se han hallado los restos más antiguos del cultivo de maíz y camotes en la región de Tehuacán; fue el escenario de ciudades prehispánicas tan importantes como Cantona y Cholula. Durante la época colonial, la ciudad de Puebla llegó a ser la segunda ciudad en importancia de la Nueva España, gracias a su ubicación estratégica entre la Ciudad de México y el puerto de Veracruz.
A finales del siglo XIX, el estado fue uno de los primeros en
industrializarse, gracias a la introducción de telares mecánicos que
favorecieron el desarrollo de las actividades textiles. A pesar de todo
ello, en fechas más recientes, Municipios de las regiones Mixteca, de la Sierra Norte y de la Sierra Negra
se han convertido en expulsores netos de población, cuyos destinos
principales son la Ciudad de México, y desde hace dos décadas, los Estados Unidos.
Puebla de los ángeles, situada a la porción central y media del valle
poblano sobre 2 mil 200 metros de altitud, es el centro de una de las
regiones de clima cálido, templado, con asentamientos humanos muy
antiguos en los que hoy es el territorio mexicano. El área donde se
encuentra la ciudad posee diferentes eminencias topográficas que la
limitan en tres de cuatro extremos. Al norte se localiza el
acueyametepec, hoy conocido como Loreto y Guadalupe; al este el cerro de
amalucan conocido como el tepoxuchil que marca el extremo oeste de
Tepeaca, seguido de los cerros de la calera, las navajas y finalmente el
chiquihuite. Al oeste el cerro centepec hoy san Juan, al extremo sur,
en suave pendiente. Se abre el valle de Atlixco y valsequillo.
El valle de Tehuacán,
que se caracteriza por ser una región seca y con pocos recursos para la
supervivencia humana, fue en los más antiguos tiempos de la ocupación
humana en Puebla uno de los sitios más importantes. Durante la etapa
lítica, que comienza con la llegada del hombre a México (alrededor del
año 30000 a. C.) y concluye hacia el 7000 a. C., con los primeros
indicios de agricultura, el valle de Tehuacán fue el escenario del
desarrollo de un grupo humano que con el tiempo habría de convertirse en
uno de los primeros cultivadores del maíz en Mesoamérica.
Los indicios más antiguos de la presencia humana en Puebla provienen de
El Riego, fechados con carbono 14 en el año 20000 a. C.[20]
Los ocupantes de El Riego empleaban una tecnología lítica muy simple,
en la que la falta de puntas de proyectil es característica. Las
herramientas estaban orientadas a la actividad recolectora y el
procesamiento de vegetales, así como el aprovechamiento de pequeñas
especies animales.