Se conoce como Niños Héroes a un grupo de 46 cadetes mexicanos que murieron en la Batalla de Chapultepec los días 12 y 13 de septiembre de 1847 durante la Guerra México-Estados Unidos. De este grupo, la historia oficial posterior (con mayor notoriedad en 1947deformó en distintas etapas con fines nacionalistas los hechos,para destacar sólo a cinco que eran estudiantes y uno recién graduado del Colegio Militar.
Luego de ser solicitada la entrada a la Federación Estadounidense del estado de Texas por parte de los colonos y emigrantes ilegales anglosajones que la habían separado de la República Centralista Mexicana en 1837, bajo el pretexto de solicitar su separación del estado de Coahuila y constitución como un estado federado y por ende de la restitución de la Constitución Federal Mexicana de 1824 y que para el momento se había proclamado como la República de Texas. El gobierno mexicano rompió relaciones con los EE.UU. al declararse su ingreso a la Federación Estadounidense.
Es entonces que el gobierno de los EE.UU. manda tropas a la zona norte del Río Bravo para asegurar la franja de territorio que estaba en disputa entre el estado de Texas y el gobierno mexicano, ya que este último sólo reconocía como frontera el río Nueces
ubicado más al norte. Estas tropas crearon una serie de fuertes en la
zona, es en esta zona donde se dieron varios encuentros con patrullas
del ejército del Norte del ejército nacional mexicano.
Es así como el gobierno estadounidense renueva sus solicitudes al
gobierno mexicano para pactar la venta de los territorios del norte de
México, pero al recibir las negativas de este, empieza una serie de
preparaciones gubernamentales y privadas como fueron la toma de San Francisco en 1845 y la inmigración ilegal de miembros de la Iglesia Mormona al Lago Salado que se pertenecía al territorio mexicano de Nuevo México en 1846 y que posteriormente se convirtió en el territorio de Utah.
Declarada la guerra por parte de EE.UU. el 25 de julio de 1846, luego del Sitio de la Fortaleza Texas al norte del Río Bravo, y por parte de México el día 23 de mayo de 1846. Se iniciaron una serie de expediciones por parte del ejército regular de los EE.UU.
en los territorios del norte para apoyar las insurrecciones que
emigrantes ilegales anglosajones realizaron en varios de los pueblos
mexicanos de California y Nuevo México declarando el territorio como repúblicas independientes pero su inmediata anexión a los EE.UU.,
estas expediciones por el número bajo y su poca preparación de las
fuerzas mexicanas fueron exitosas, pero para poder asegurar la posesión
de esos territorios debieron empezar con expediciones sobre las ciudades
de Monterrey y la Ciudad de México, para evitar el envío de fuerzas regulares al norte, es en este momento que el Éjercito de los EE.UU. bajo el mando de Winfield Scott toma el puerto de Veracruz
y sigue por lo que llamaron la Ruta de Cortes, es así como el Ejército
Nacional fortifica el Peñón de los Baños, ya que para la fecha era la
entrada natural al oriente de la ciudad entre los lagos de Texcoco y Xochimilco, pero el Ejército Estadounidense toma el camino más largo rodeando por el sur la sierra de Santa Catarina; es en éste que se dan la Batalla de Churubusco y la Batalla de Padierna.
Considerando que en esa época la Ciudad de México estaba fortificada
por una serie canales y puertas que servían como aduana de la ciudad, la
entrada más adecuada era por Chapultepec ya que el terreno estaba para
la época seco, al contrario de norte, oriente y sur donde a un había
lagos y zonas pantanosas, por lo que mandó fortificar el cerro de Chapultepec que para la época servía como almacén de pólvora y Colegio Militar, la fábrica de pólvora de Santa Fe fue mandada desalojar para evitar un ataque a la misma aunque luego fue destruida por las fuerzas estadounidenses.
Como las instalaciones del del Colegio servirían de cuartel general, se mandó desalojar a los
cadetes que en sus diferentes grupos tenían edades comprendidas entre
los 13 y 19 años aproximadamente; muchos obedecieron, otros fueron
llevados por sus familias y sólo 46 cadetes solicitaron quedarse para
defender su plantel, a este grupo se unieron varios cadetes
recientemente graduados, los cuales a un no recibían una asignación en
el Ejército Nacional, además de 19 miembros de la administración del
plantel desde el director, instructores, maestros y el despensero del
plantel militar.
En septiembre de 1847 varios grupos del ejército del Norte que se había retirado bajo las órdenes de Antonio López de Santa Anna
se fortificaron en los alrededores del bosque y el cerro de
Chapultepec, el ejército estadounidense mientras tanto tomó al palacio
del Ex Arzobispado en Tacubaya como base de operaciones y llevó a cabo parte del proceso marcial contra los integrantes del Batallón de San Patricio, avanzaron y tomaron la casamata ubicada al poniente del bosque el día 11, el día 12 bombardearon el Castillo de Chapultepec
y otras posiciones en el Bosque y el día 13 se dio el asalto por la
infantería estadounidense del castillo por el sur y el poniente del
cerro, al cual tomaron por la tarde avanzando hasta la Garita de Belén,
donde fueron detenidos por las fuerzas mexicanas que se habían replegado
a la Ciudadela para preparar la defensa de la ciudad, pero en la noche recibieron la orden de abandonar la ciudad por parte de Antonio López de Santa Anna quien no había participado en la batalla.
Es hasta el día 15 cuando ya tomada de forma pacífica la Ciudad de México que el ejército estadounidense empieza a buscar a los heridos tirados en el campo de batalla,
reúne los cuerpos de sus muertos, y permite lo mismo a civiles y
prisioneros de guerra mexicanos quienes usan las trincheras como tumbas
comunes ya que muchos de los combatientes estaban lejos de su lugar de
origen, en el caso de los EE.UU. entierra a sus muertos en un terreno ubicado en las esquinas de Circuito Interior y Calzada de Tacuba, que es declarado como un parque memorial por el gobierno estadounidense y hoy en día forma parte de la embajada de los EE.UU. por lo jurídicamente es suelo estadounidense. Los mexicanos por su parte entierran en varios lugares a los muertos.
El mito más extendido es el considerarlos niños ya que la mayoría
estaba en lo que modernamente consideramos adolescencia y temprana
adultez, además de que para la época no era infrecuente que a los 15
años los varones se casaran y formaran una familia propia.
Monumento a los Niños Héroes en Jalisco.
El segundo es el mito del suicidio del cadete Juan de la Barrera o Juan Escutia,
según sea la fuente que se consulte aunque es más popular el segundo y
que en parte da pie para no creerse verídico el relato, que envuelto en
la bandera nacional que ondeaba en lo alto del Colegio Militar
para evitar que cayera en manos de los estadounidense;, la verdad es
que esa bandera fue tomada y al parecer es aún un trofeo de guerra que
se encuentra en la Academia Militar de West Point en los EE.UU., aunque en 1952, con motivo de la inauguración del Altar a la Patria, fueron devueltas a México varias banderas mexicanas tomadas durante la guerra de 1847 y en especial el día 13 de septiembre. Aunque en la Batalla del Molino del Rey el 8 de septiembre el capitán del arma de artillería Margarito Zuazo
fue llevado herido por soldados estadounidenses a una caballeriza donde
encontró bajo unos petates escondida la bandera de su regimiento, la
cual sacó de su asta y envolvió bajo su casaca, donde la mantuvo hasta
que fue evacuado rumbo a su casa para curarle sus heridas, en el camino
se encontró con un superior al que entregó la bandera, misma que estuvo
en la casa del Jefe de División Luis Salcedo; el capitán murió a los
seis días por sus heridas. Al parecer la historia del suicidio nació durante la ceremonia de
conmemoración de 1878 cuando Manuel Raz Guzmán en un poema épico en la
conmemoración de la Batalla del Molino del Rey, narro en forma poética como Agustín Melgar ( y no Juan Escutia o Juan de la Barrera).
…pero tú, Melgar …
rodeado de enemigos les disparas tu arma, y no teniendo esperanza, antes
que rendirte te envuelves en el pabellón nacional y presentas tu pecho
juvenil a las balas del invasor …
Nunca mencionando que se había arrojado y menos que lo hubiera hecho
envuelto en la bandera, fue una forma de decir que estaba abrigado y
abrigando a la nación, la forma fue gratamente recibida por el público y
se fue desarrollando hasta quedar casi como la realidad del hecho,
sobre todo por el trabajo de José Peón y Contreras.